sábado, julio 18, 2009

Acosta: el ballet de Cuba debe renovarse

Posted on Friday, 07.17.09
Acosta: el ballet de Cuba debe renovarse
By RIGOBERTO DIAZ / AFP
LA HABANA

A sus 36 años, tras escalar la cima del ballet clásico mundial, el
cubano Carlos Acosta enfrenta dos retos: preservar la pasión y el nivel
artístico, así como no perder su identidad, pues se reconoce aún en "el
mulatico'' que se deleita con mangos y guayabas.

"El desafío es seguir preservando la pasión y el nivel'', tras 20 años
de una carrera en la cual, considera, ha "hecho todo y con todo el
mundo, con la Opera de París, con el (Ballet) Kirov, el Bolshoi, en
Alemania, Japón y Estados Unidos'', dijo Acosta en entrevista.

Mestizo, de hablar pausado y un encanto que ya ha hecho diana en más de
una bailarina, Acosta es la negación de los que en Cuba sostienen que
"el ballet es cosa de blancos''.

La conversación transcurre en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba,
donde estudió, al concluir uno de los ensayos para las cinco
presentaciones que el Royal Ballet de Londres realiza en Cuba, un viejo
anhelo suyo que cristalizó.

"Cuando haces por primera vez El lago de los cisnes es una cosa
novedosa, pero cuando lo haces 170 veces te puede aburrir, entonces ya
te quedan pocos desafíos'' y además "el cuerpo humano va perdiendo
facultades y flexibilidad'', afirma.

Nacido en Los Pinos, un barrio popular de La Habana, Acosta no reniega
de su origen, sino que trata de volver constantemente a él. "No
perderse'' es su meta y seguir siendo el "mulatico'' que adora casi con
gula los mangos y guayabas. "Queda mucho de ese mulatico'', añade.

"La añoranza y la soledad han sido quizás mis mejores amigas, y la clave
de mi éxito, porque toda esa añoranza por Cuba y esa soledad es lo que
yo imprimo en mi arte, y por eso es que a la gente le llega'', sostiene.

En 1991 era primer bailarín del Ballet Nacional de Cuba. Acosta trabajó
de 1993 a 1998 con el Houston Ballet de Estados Unidos, y de ahí saltó
al Royal, al parecer su última escala en la escena.

En su autobiografía Sin mirar atrás, próxima a editarse en Cuba tras
publicarse en el Reino Unido, cuenta que es el undécimo hijo de un
hombre que vendía frutas en un camión para alimentar a su familia y
quien lo obligó a entrar a la escuela de ballet.

Su objetivo personal con la presentación del Royal en La Habana "es que
la gente vea lo que se está haciendo, que se puede hacer más y que
debemos esforzarnos en llegar a otro nivel'', porque ''el arte sigue
evolucionando'' y "Cuba tiene que ser parte de esa vorágine'', dijo el
bailarín.

Está convencido de que el Ballet de Cuba debe renovar su repertorio e
incorporar nuevas tendencias.

En el debut del Royal en La Habana, Acosta bailó El Corsario con la
española Tamara Rojo, lo que considera "un regreso (artístico) a casa''.

En el pináculo de la fama y de su carrera, Acosta ya comienza a pensar
en su retiro como bailarín y en permanecer en la danza como maestro.
Quiere hacer además lo que la dedicación al arte no le ha permitido.

"Quiero tener mi familia, y quiero tener la oportunidad de hacer
turismo, ir a Egipto, conocer las pirámides, los edificios insignias, la
cultura de otra gente y seguir ayudando a Cuba y seguir aportando, a mí
lo que más me inspira es mi pueblo, mi gente'', asegura.

Toda su vida cubana transcurrió en la revolución que guió Fidel Castro
durante 48 años y ahora su hermano Raúl, tras el retiro del líder por
problemas de salud.

Interrogado sobre la realidad de la isla, Acosta responde con mesura:
"El individuo cambia, va cambiando con la edad, y bueno los países
también, y yo creo que estamos en un buen momento''.

Acosta: el ballet de Cuba debe renovarse - Cuba en español -
MiamiHerald.com (17 July 2009)
http://www.miamiherald.com/1321/story/1145273.html

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