jueves, julio 16, 2009

Anclas

Anclas
Luis Cino

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - Ante la cantidad de problemas
nacionales para los cuales no acaban de cuajar las soluciones, uno de
los mejores periodistas de la prensa oficial se preguntaba
recientemente: ¿En qué nos equivocamos?


Dicen los babalaos que lo que se sabe no se pregunta. Se equivocaron los
mandamases, absolutamente en todo. Lo peor es que no dan señales de que
estén dispuestos a "cambiar todo lo que deba ser cambiado". Los cambios
estructurales que anunciaron no se ven por ninguna parte. Por el
contrario, el estalinismo regresa a contramarcha para apagar los
bombillos rojos que se prendieron en los simulacros de debates. Del
socialismo participativo y democrático sólo se habla en kaosenlared, y
sólo se enteran los cada vez menos afortunados que pueden acceder a
Internet.

En torno a lo poco positivo que a duras penas va quedando, ahora
intentan poner parches a los consensos, para que una vez más, por otros
50 años o por todo el tiempo que sea necesario, aplacemos las
esperanzas, los sueños y la vida, y renunciemos a la libertad.


Mientras las plagas azotan inmisericordes la finca de los faraones, los
devotos del castrismo siguen a la espera (o simulan estarlo para
complacer a los jefes) del despegue de la astronave. Como si no hubiera
habido tantas decepciones antes y esta vez sí (no se sabe por obra de
qué milagro) se fueran a cumplir las promesas de verla levantar vuelo en
el último minuto y enfilar hacia un futuro de prosperidad.

Todos sabemos (los devotos también) que la astronave esta vez tampoco
despegará. ¿Por qué iba a hacerlo? ¿Por la consigna de "ahorro o muerte"
pronunciada de dientes para afuera del lado de acá de los umbrales de la
indigencia? ¿Se acabarán esta vez el robo y la corrupción? ¿Qué hay de
nuevo en la atmósfera, aparte de los nuevos virus letales, para que se
imponga de repente la virtud?

¿Acaso el subsidio bolivariano será más efectivo que las
multimillonarias subvenciones soviéticas que duraron 30 años y sólo
consiguieron contagiarnos las enfermedades incurables del socialismo
real y convertirnos en el belicoso condotiero tercermundista del CAME?

¿Será mejor comprendido por las masas el Compañero Fidel de las
reflexiones que el Máximo Líder de los discursos? ¿Alguien cree que
porque los nuevos jefes exhorten como capataces a trabajar y digan que
"sí se puede" se van a elevar automáticamente la productividad y la
eficiencia? ¿Será el pluriempleo la solución para poder comprar un par
de libras más de boniato y picadillo de soya condimentado? ¿Quién
aflojará los nudos que atan a las fuerzas productivas? ¿Lograrán los
bueyes, ahora que se acaban los tractores, pasar por encima del marabú y
revivir la agricultura?

¿Conseguirán las pruebas ortográficas, los nuevos programas de
estudios y el refuerzo de los jubilados para apoyar a los maestros
emergentes, que dejemos de ser la horda mal hablada, descamisada,
cínica, amoral y hambrienta en que nos convirtieron para transformarnos
al fin en el pueblo más culto del planeta?

¿Qué pasará cuando pronto, por razones de edad, los dirigentes
históricos, uno a uno y de los mejorcitos, enfilen hacia el más allá?
¿Quién será su relevo? Recuerden, tiene que ser alguien digno y no
empalagado por miel alguna.

La cucaracha ya no puede caminar, pero los gurús de la supervivencia del
castrismo sugieren recetas para compensar la falta de movimiento. Luego
de participar en un culto ecuménico en el estadio Pedro Marrero donde
"se oró por Fidel y Raúl" y "se agradeció la libertad religiosa que
permite el gobierno", el reverendo diputado Raúl Suárez exhortó tirar
anclas para capear los tiempos difíciles.

Apuesto que casualmente y para nada por problemas relacionados con la
espiritualidad, a los retranqueros del inmovilismo le encantó la idea
del anclaje. Sólo falta que el arrecife aguante.

luicino2004@yahoo.com

Cuba: Anclas (16 July 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/julio09/16_C_4.html

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