lunes, julio 13, 2009

Castro, Chávez, Obama

Publicado el lunes, 07.13.09
Castro, Chávez, Obama
By ARMANDO GONZALEZ

La Constitución de la República de Honduras establece:

Art. 4: La forma de gobierno es republicana, democrática y
representativa. Se ejerce por tres poderes: legislativo, ejecutivo y
judicial, complementarios e independientes y sin relaciones de
subordinación. La alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la
República es obligatoria. La infracción de esta norma constituye delito
de traición a la patria.

Art. 374: No podrá reformarse, en ningún caso, el artículo anterior, el
presente artículo, los artículos constitucionales que se refieran a la
forma de gobierno, al territorio nacional, al período presidencial, a la
prohibición para ser nuevamente presidente de la república, el ciudadano
que lo haya desempeñado bajo cualquier título y el referente a quienes
no pueden ser presidente de la república por el período subsiguiente.

Durante su campaña presidencial, Barack Obama enfatizó sus críticas a
líderes que son electos democráticamente, pero que después no gobiernan
democráticamente. Es por eso contradictorio que, menos de 24 horas
después de la expulsión de Manuel Zelaya, Obama describiera la acción en
Honduras como ''ilegal'' y declarara que Zelaya es ``el presidente
legítimo''.

Pero Obama, asumo que con asesoría de Hillary Clinton y otros cerebros
privilegiados de la administración, no parece haber analizado
detenidamente los eventos que llevaron al desenlace de un presidente
viajando en piyama. Veamos: los militares no capturaron a Zelaya por
decisión propia, sino siguiendo órdenes de la Corte Suprema. El poder
fue transferido, de inmediato, al presidente del Congreso, un hombre del
mismo partido político que Zelaya. La Legislatura y todas las otras
autoridades legales permanecen intactas.

La acción fue ordenada por la Corte Suprema y aprobada por el Congreso
como resultado del intento de Zelaya de celebrar un referendo como
primer paso para enmendar la constitución y así perpetuarse en el poder,
como lo ha hecho su mentor venezolano y sus colegas en Ecuador y Bolivia.

Menciono todo esto, ya ampliamente difundido, porque ha sido pasado por
alto por gran parte del mundo occidental, incluyendo al presidente de
Estados Unidos, quien ha denunciado a Honduras en una forma que nunca ha
adoptado con Irán. Obama se ha unido a Fidel Castro, Hugo Chávez y, como
decía Borges, ''...y gente aún peor'' en demandar que a Zelaya se le
permita no solamente volver a Honduras, sino que se le restaure como
presidente.

¿Podría alguien explicar por qué esta transferencia de poderes, al
legislador civil en la línea constitucional, en una nación soberana,
atrae la atención y la crítica extrema de la ONU, la OEA, Hugo Chávez,
los hermanos Castro o Barack Obama? ¿Qué por ciento de las 200 naciones
miembros de la ONU, ese tanque séptico de antiamericanismo, son
democracias? ¿Cuántos de sus líderes llegaron al poder por elecciones
libres y honestas?

El presidente Obama ha calificado la acción de los líderes hondureños
como ''ilegal'' y declaró que Zelaya es ''el presidente legítimo''.
Obama unió su opinión a la de Chávez y Castro, calificando la acción
hondureña como un ''golpe de estado'', un ``precedente terrible''.

Peor aún, Obama y su Departamento de Estado contemplan sanciones contra
este pequeño país de 7 millones de habitantes a los que amenazan con
cancelar $200 millones en ayuda, acuerdos de inmigración y un tratado de
libre comercio si no restauran a Zelaya al poder.

La Casa Blanca quiere apaciguar a la OEA, la cual, al eliminar las
restricciones para el reingreso de Cuba, no califica como una
''organización de democracias'' y ahora pretende dictar cómo otros
países deben gobernarse.

La Casa Blanca está diciendo que la democracia comienza y termina con
elecciones. Está diciendo que el imperio de la ley es irrelevante y que
los líderes tienen derechos, pero no tienen responsabilidades. Lo que la
Casa Blanca no dice es que si los líderes no pueden ser llamados a
contar, deben ser removidos, como acaba de suceder en Honduras.

Si la Casa Blanca penaliza a Honduras, se ganará la antipatía del pueblo
hondureño por muchos años. Le hará daño a la autoridad moral de Estados
Unidos y nos costará influencia en la región. ¿Es eso lo que quiere
Estados Unidos? Ya es hora de una definición más amplia de democracia
--una definición que incluya el imperio de la ley y la voluntad de los
pueblos.

agonzalez@miamiherald.com

ARMANDO GONZALEZ: Castro, Chávez, Obama - Opinión - El Nuevo Herald (13
July 2009)
http://www.elnuevoherald.com/opinion/story/496082.html

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