viernes, julio 17, 2009

El cardenal Ortega despide los funerales del sacerdote español asesinado

Sucesos
El cardenal Ortega despide los funerales del sacerdote español asesinado

Hubo 'comentarios insidiosos' sobre la muerte de Mariano Arroyo,
'buscándole una significación antirreligiosa y aun antiespañola, con
matices políticos', dijo durante la misa.

Agencias | 17/07/2009

AFP/ La Habana. Cientos de cubanos de diversos credos desfilaron este
viernes frente al féretro de Mariano Arroyo, popular sacerdote español
asesinado el lunes, cuya muerte es ajena a móviles políticos o
religiosos, enfatizó el cardenal Jaime Ortega en su homilía de despedida.

Hubo "comentarios insidiosos" sobre la muerte de Arroyo, de 74 años,
"buscándole una significación antirreligiosa y aun antiespañola, con
matices políticos", dijo Ortega ante 1.000 personas en la Catedral de La
Habana.

"¡Por Dios! No es odio a los sacerdotes por su condición de tales, ni
odio a los españoles" lo que motivó "la actuación de unos delincuentes,
vulgares criminales de la peor especie", señaló.

Aunque el oficio comenzó a las 09H30 (13H30 GMT), desde muy temprano, el
templo, ubicado en la Habana vieja, recibió a una larga fila de personas
que, compungidos, dieron en último adiós a Arroyo.

Además de católicos, asistieron al oficio evangélicos y practicantes de
la santería, los tres cultos más extendidos en la Isla.

Cheyla Karel, ingeniera militar de 28 años y santera, no conoció a
Arroyo, pero escuchó a una amiga católica hablar muy bien de él. "Por
eso estoy aquí, en solidaridad", sostuvo tras pasar frente al féretro.

"Estoy consternada, esto nunca había sucedido en Cuba, que se asesinara
a un sacerdote en su propia parroquia, es mucha crueldad", declaró a la
AFP María Peña, una ferviente católica y profesora de matemática, de 72
años.

Para Rodrigo Rodríguez, un radiólogo retirado de 90 años, que viajó 140
kilómetros desde la provincia de Pinar del Río para asistir a la misa,
se trata de "un hecho insólito", que debe ser castigado. "No quiero
venganza, pero sí que se imponga la justicia de Dios y de los hombres",
apuntó.

Arroyo fue asesinado en la casa parroquial del Santuario Nacional de la
Virgen de Regla, donde tienen fuerte arraigo los cultos de origen
africano, que reconocen en el mismo ícono a su oricha Yemayá.

Asesor del laico Movimiento de Trabajadores Cristianos (MTC), Arroyo
realizó un notable trabajo de base, y mantuvo buenas relaciones con los
babalawos de la santería, lo que le valió el aprecio y respeto de fieles
de diferentes credos, dijeron dirigentes de la Iglesia Católica y
vecinos de Regla presentes en la misa.

Leonor Osario y Lilia Prats, dos jóvenes católicas que viven en Regla,
lamentaban la muerte de "su amigo", el padre Arroyo, quien las recibió
en comunión hace tres años.

"Era el hombre más bueno del mundo, con ideas magníficas y muchos
proyectos aún por realizar. Fue quien revivió a la comunidad cristiana
de Regla, lo vamos a extrañar", dijo Osario.

Las circunstancias de su muerte, que incluyeron "torturas", según el
cardenal, fueron coincidentes con la de su amigo y colega, el también
sacerdote español Eduardo de la Fuente, de 61 años, cuyo cadáver
apareció en un camino vecinal del suroeste de La Habana, el 13 de
febrero, cinco meses antes.

La coincidencia de fechas, amistad, circunstancias del crimen, apoyo al
MTC, desataron una infinidad de conjeturas, que hicieron temer incluso
por la vida de un tercer cura, muy amigo de ambos, Isidro Hoyos, quien
estuvo en la ceremonia y acompañará los restos de Arroyo en su
repatriación a España este mismo viernes.

El silencio oficial sobre ambos casos contribuyó a la creación de
leyendas negras.

"Nosotros no acostumbramos a divulgar este tipo de noticias. En Cuba no
hay una crónica roja", dijo a periodistas Carlos Samper, subdirector de
la Oficina de Asuntos Religiosos del PCC, al termino de la misa.

Samper coincidió con el cardenal en que ambos crímenes "no tienen nada
que ver con ninguna cuestión religiosa, de una guerra religiosa, odio
religiosa y mucho menos de una significación política".

Ortega exaltó la "eficiencia" policial en resolver el caso y Samper
manifestó el "pesar" oficial.

"Yo pienso dejar mis huesos aquí", le dijo Arroyo al cardenal, al
desistir hace pocos meses de su deseo inicial de regresar a España. "Se
cumplió trágicamente su proyecto", sentenció Ortega.

© cubaencuentro.com

El cardenal Ortega despide los funerales del sacerdote español asesinado
- Noticias - Cuba - cubaencuentro.com (17 July 2009)
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