viernes, julio 03, 2009

EL ECO DESCARRIADO

EL ECO DESCARRIADO
2009-07-03.
José Alberto Álvarez Bravo, Periodista Independiente

(www.miscelaneasdecuba.net).- Los sacerdotes mayores –y los menores- de
Ifá, tienen todo el derecho del mundo a decir su opinión, cualquiera que
ésta sea. Sólo los intolerantes contumaces se arrogan el "derecho" a
prohibirles a otros la libertad de expresión.

Me imagino que "el muerto" les habrá dicho que nosotros también tenemos
ese derecho.

Cuando digo nosotros, me estoy refiriendo a los que no coincidimos con
los criterios –sean o no propios- de los folkloristas de la Asociación
Cultural Yorubá de Cuba, ACYC.

Nuestros respetables babalawos seguramente tienen razón cuando
fundamentan su ruego a Olodumare para que acabe la pesadilla en que
viven nuestros Cinco hermanos… etc. Debe ser una pesadilla cumplir una
condena en cualquier prisión del mundo, carentes de las condiciones de
las cárceles cubanas.

Si fuera posible delinquir en un país y pedir el traslado para purgar la
pena en otro, nuestro sistema penitenciario colapsaría por el abarrote.

Imaginemos por un momento cuantos condenados harían cola para hospedarse
en el Meliá Combinado del Este, provisto de unas condiciones
higiénico-sanitarias que nada tienen que envidiarle a la celda en que
Fidel Castro pasó cerca de veinte meses, en el desaparecido Presidio
Modelo. O en el Canaleta Tryps; o en cualquiera de los centenares de
establecimientos análogos de la isla.

De las ofertas gastronómicas en las prisiones cubanas, es preferible no
hablar, para no concitar la malsana envidia de los chefs franceses. Y
del trato de los "empleados", ni qué decir.

Tienen razón el señor Castañeda y los siete consejos de sacerdotes
mayores: somos hombres y mujeres libres y alzaremos nuestras voces
tantas veces sea necesario, hasta lograr la libertad de estos dignos
hombres, lo que sucede es que mientras ellos tienen en mente a los
Cinco, nosotros pensamos en los cubanos que "disfrutan" de hasta 28 años
de "hospedaje", sólo por haber hecho uso de ese mismo derecho a alzar
sus voces tantas veces fue necesario.

En lo que no coincidimos con nuestros "padrinos", es en su pretensión de
hacerse eco del sentir de los cubanos. Creerse con derecho a hablar en
nombre de todos los cubanos, debe ser una mala lectura del Ifá de Orula.

Sepa el señor Castañeda que no todos los cubanos nos sumamos a su servil
coro. No tenemos igual voluntad de sumisión a los que mandan, ni andamos
"luchando el baro" con los turistas "yumas". Nos arriesgamos a
podrirnos –perdón, debí decir disfrutar- en las moradas del Oshosi verde
olivo, con tal de decir lo que estos hábiles artesanos de la credulidad
ciudadana no se atreverían ni a pensar.

Aunque nuestro clamor les llegue sólo como un eco descarriado.

EL ECO DESCARRIADO - Misceláneas de Cuba (3 July 2009)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=21494

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