miércoles, julio 22, 2009

El reverso de la autocrítica

El reverso de la autocrítica
Jorge Olivera Castillo, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - La prensa oficial se rasga
las vestiduras. Los tirones son aparentemente bruscos, pero sus efectos
no pasan de ser puro alarde. Decir que "aún le falta bastante oficio" y
que "acusa demasiada solemnidad", es poco menos que abordar hechos con
dudosa posibilidad de sobrepasar los límites de la retórica.

Tales señalamientos autocríticos parten de una introspección con
sospecha de haber venido en un sobre lacrado. Dentro, el manual de
instrucciones acuñado por el Departamento de Orientación Revolucionaria,
una de las oscuras instituciones a cargo de diseñar los perfiles
informativos según el interés del Partido y supervisar su estricto
cumplimiento.

¿Qué pasa cuando un menesteroso tira de sus harapos? Lo más lógico es
que muchos de los resultados pasen inadvertidos. De hecho su estado se
considera lo suficientemente desastroso como para contabilizar, con
éxito, las consecuencias de los desgarramientos.

Este ha sido el ejercicio escenificado por el diario Juventud Rebelde en
saludo al aniversario 46 de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).

¿Acaso el citado órgano periodístico va a dejar de ser parte de una
prensa a imagen y semejanza de sus eternos patrocinadores, siempre en
busca del contubernio para asaltar la verdad y vestirla con ropas de su
ajuar ideológico?

Existen algunos medios escritos con destellos de objetividad y mayor
nivel en la cobertura, pero es difícil apostar porque esto sea un acto
legítimo.


Aquí nadie puede salirse del guión. Esas intenciones terminan atascadas
en el subconsciente. Ningún periodista formado en las escuelas de la
revolución quiere terminar defenestrado o en la cárcel por ser fiel a
los dictados de su conciencia.

Otros de los fallos a subsanar, señalados en el llamado periódico de la
juventud cubana, se destacan: la epidérmica visión de los fenómenos
sociales, el discurso ampuloso, la necesidad de ser más ameno e
ingenioso en el lenguaje.

La publicación de esos errores es como pulsar las teclas de un piano
roto. El sonido es falso, destemplado, de mal gusto. El problema no
radica en la interpretación de esa infernal melodía, sino en su
reiteración y en la esmerada entrega de quienes se prestan a esos
menesteres.

Como el hilo y la aguja para acometer los remiendos y el mercurocromo
para curar las magulladuras, más adelante se señala que "el periodismo
cubano habla desde la verdad, nunca desde el engaño, las
tergiversaciones y la oratoria de manipulación típica de algunas
prensas".
(http://www.juventudrebelde.cu/opinion/2009-07-15/un-periodismo-eficaz-pero-perfectible/)

En aras de la eficacia, se conjuga la autoagresión con los servicios de
primeros auxilios. Al final debe sobrentenderse que no todo está
perdido. Ese es el mensaje que aparentemente salva de la insolvencia
ética y moral, pero que lejos de esa utilidad, se convierte en otra
marca del desprestigio.

Las dictaduras, y menos las totalitarias, no pueden abandonar el
instrumental mediático que utilizan en sus amputaciones y otros actos
quirúrgicos en la conformación de una sociedad domesticada y moldeable.

Manipular, ocultar, mentir. Sobre esas premisas es que se asienta la
prensa oficial cubana. Los que establecen la línea editorial son los
mismos personajes o sus discípulos más aventajados.

No hay novedad en esas posturas más histriónicas que reales. Todo
seguirá igual. Ese fragmento de la tragicomedia, que publicó Juventud
Rebelde, me lo sé de memoria.

oliverajorge75@yahoo.com

Cuba: El reverso de la autocrítica (22 July 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/julio09/22_C_2.html

No hay comentarios.: