viernes, julio 17, 2009

Floreando y con el mazo dando

Política
Floreando y con el mazo dando

¿Por qué el régimen no es capaz de extraer de sus fracasos más lección
que la que le conviene?

José Hugo Fernández, La Habana | 17/07/2009

Hay quienes consideran que la tiranía cubana se desmoronaría si el
gobierno de Estados Unidos elimina el embargo. Es dudable. O en todo
caso está por ver.

Lo que sí deja muy poco margen para equivocaciones es pronosticar su
descalabro si se dieran dos contingencias aún más improbables y quizá
menos deseables que la derogación del embargo: a) que los cubanos, y muy
particularmente los jóvenes, no pudiesen seguir huyendo en masa hacia el
extranjero; b) que se le suprimiera al pueblo, de cuajo y sin remedios,
la alternativa de sobrevivir gracias al robo, el desvío de recursos y
otras infracciones.

Por eso es irrisoria la pose oficial de intransigencia y de combate sin
cuartel contra el pillaje que ahora sale a escena entre nosotros, aunque
dirigida, sobre todo, a los pundonorosos y a los fachas que desde los
más diversos escenarios y organizaciones internacionales asienten para
validar los montajes del régimen.

La tiranía totalitaria de Cuba no puede prescindir de la ilegalidad
porque es su extracto, su sedimento, el hilo con que ha sido enhebrada
desde el primer minuto.

Tampoco debe hacerle gracia, por muy bien que lo disimule, desalentar
esperanzas y frustrar proyectos de emigración entre la juventud si con
ello malogra dos negocios de un tiro, cuál de los dos más rentable: la
depuración sistemática de potenciales focos de oposición y el
acrecentamiento del flujo de remesas como fuente de ingresos permanente
y sin costo por inversión.

No en balde el dilema para varias generaciones de jóvenes se ha movido
entre la huida hacia el exterior o la aceptación de las reglas del juego
existentes en la Isla, o sea, flotar, ateniéndose al buen
comportamiento, en lo político, y a la práctica de la infracción y del
tumbado en todos los demás aspectos.

Hace pocos días, el periódico Granma convocaba a otra de esas cruzadas
por la exigencia que tan bien conocemos, por viejas y por repetidas, en
tanto dejaba caer de paso que la empantanada de laberinto ciego que
sufrimos hoy aquí, obedece a dos únicas causas. Por un lado, la crisis
económica internacional (flamante sustituta del embargo, como coartada);
por el otro, la blandenguería, el compadrazgo y la tolerancia con que
son tratados los trabajadores.

Porque esa es otra: al régimen siempre le ha parecido poca la rudeza con
que nos tratan sus capataces y mayorales. Entre los rasgos que lo
hermanan con los patriarcas de la sacarocracia criolla del siglo XIX,
ninguno es tan ilustrativo como este.

Sacudirse culpas, endosándoselas preferiblemente a esa entelequia
bautizada como "El enemigo", y apelar a la actitud de caciques
regañones, paradigmas de la intransigencia y la severidad. Aquí los
tenemos de nuevo: calamar en su tinta.

Nunca sabremos a derechas si lo hacen por exceso de cinismo o por
defecto de juicio (es posible que ambas cosas incidan, juntas y
revueltas), pero resulta insólito que habiéndose declarado marxistas y
dialécticos desde hace casi medio siglo, aún no se muestren capaces de
extraer de sus fracasos ninguna otra lección que no sea la que les
conviene para continuar floreando y con el mazo dando.

© cubaencuentro.com

Floreando y con el mazo dando - Artículos - Cuba - cubaencuentro.com (17
July 2009)
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