martes, julio 21, 2009

Turismo político

Turismo político
Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - Hace tiempo que Cuba acoge a
los turistas políticos. Acuden a La Habana como quien viaja a La Meca.
La mayoría viene en brigadas. Proceden de los cinco continentes., pero
últimamente vienen muchos de Latinoamérica.

Son creyentes en los logros y las conquistas que la vieja propaganda del
gobierno cubano ha difundido durante cincuenta años. Los hospedan en
campamentos de trabajo. Los llevan, los traen, sin otro contacto con la
realidad cubana que la que los amables anfitriones desean mostrar.

Estos turistas políticos aportan varias horas de trabajo en labores
agrícolas en granjas seleccionadas. Pero es más un juego para imitar la
vida campestre que para lograr resultados productivos.

El quid del asunto reside en que la estancia se completa con actividades
intensas de formación política, conferencias, visitas dirigidas por
guías que realizan un trabajo de sondeo para descubrir individuos que
puedan colaborar con el régimen cubano desde sus países de origen.

Los posibles agentes de influencia regresarán una y otra vez. Así
completarán su instrucción como agentes de influencia en sus países. Las
fechas de los viajes a menudo coinciden con las de evocación política,
como el 26 de julio, el primero de enero, y sobre todo, el primero de mayo.

Los más notables van a hablar por televisión para demostrarnos que
tenemos amigos en todas partes y que no somos una tribu aislada en medio
del Caribe. Ellos nos consuelan con la narración de las desventuras del
capitalismo y juran por lo más sagrado que desearían vivir en la isla,
aunque no hablan de compartir las dificultades que los cubanos soportan
día a día.

Expresan en sus intervenciones públicas lo mismo que los programas
cubanos de corte político. Repiten como loros la necesidad del fin del
bloqueo, las pretendidas bondades sociales del socialismo y las
peticiones de libertad para los cinco espías prisioneros en Estados
Unidos, sin tener en cuenta el desastre de la agricultura, la falta de
libertades de asociación y de expresión en la isla, y los presos políticos.

Al final del paseo regresan a sus países con la sensación de haber
visitado un mundo diferente. Convertidos en latas de conservas de la
propaganda cubana, y listos para ser escuchados por clientes
insatisfechos con sus vidas.

Cuba: Turismo político (21 July 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/julio09/21_C_5.html

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